La narración.
Texto alternativo
:
"Todos los
años por el mes de marzo una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa
cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer
los nuevos inventos Primero llevaron el iman Un gitano corpulento de barba
montaraz y manos de gorrion que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo
una truculenta demostración publica de lo que el mismo llamaba la octava
maravilla de los sabios de Macedonia Fue de casa en casa arrastrando dos
lingotes metalicos y todo el mundo se espanto al ver que los calderos las
pailas las tenazas y los anafes se caian de su sitio y las maderas crujian por
la desesperacion de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse
y aun los objetos perdidos desde hacia mucho tiempo aparecian por donde mas se
les había buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detras de los
fierros magicos de Melquiades. "Las cosas tienen vida propia -pregonaba el
gitano con áspero acento- todo es cuestion de despertarles el anima". José
Arcadio Buendia, cuya desaforada imaginacion iba siempre mas lejos que el
ingenio de la naturaleza y aun mas alla del milagro y la magia penso que era
posible servirse de aquella invencion inutil para desentrañar el oro de la
tierra. Melquiades que era un hombre honrado le previno "Para eso no
sirve" Pero Jose Arcadio Buendia no creia en aquel tiempo en la honradez
de los gitanos asi que cambio su mulo y una partida de chivos por los dos
lingotes imantados Ursula Iguaran su mujer que contaba con aquellos animales
para ensanchar el desmedrado patrimonio domestico no consiguio disuadirlo
"Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa" replico su
marido Durante varios meses se empeño en demostrar el acierto de sus conjeturas
Exploro palmo a palmo la region inclusive el fondo del rio arrastrando los dos
lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquiades Lo unico
que logro desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes
soldadas por un cascote de oxido, cuyo interior tenia la resonancia hueca de un
enorme calabazo lleno de piedras. Cuando Jose Arcadio Buendia y los cuatro
hombres de su expedición lograron desarticular la armadura encontraron dentro
un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre
con un rizo de mujer."
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de Soledad. 1967.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, Cien años de Soledad. 1967.
No hay comentarios:
Publicar un comentario